Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de bufalos pudriendose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una maquina humeante puede importar mas que el bufalo al que nosotros matamos solo para sobrevivir.
¿Que seria del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre tambien moriria de una gran soledad espiritual; Porque lo que le sucede a los animales tambien le sucedera al hombre. Todo va enlazado
“Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos. Todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado.
Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrira a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; el es solo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a si mismo.
Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con el de amigo a amigo, queda exento del destino comun.
Despues de todo, quizas seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quiza el hombre blanco descubra un dia: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que El les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es asi. El es el Dios de los hombres y su compasion se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco.
Esta tierra tiene un valor inestimable para El y si se daña se provocaria la ira del creador.
Tambien los blancos se extinguiran, quizas antes que las demas tribus. Contaminan sus lechos y una noche pereceran ahogados en sus propios residuos. Pero ustedes caminaran hacia su destruccion, rodeados de gloria, inspirados por la fuerza de Dios que los trajo a esta tierra y que por algun designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja.
Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por que se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes..
¿Donde esta el matorral? Destruido. ¿Donde esta el águila? Desapareció.
Termina la vida y empieza la supervivencia."
Carta del jefe indio Noah Sealth, 1854
Después de ésto qué se puede decir. Nos toca a todos, no creeis?
Con los pelos de punta termino de leer la carta, documento, esrito, de Noah Sealth, quizá uno de los documentos más reales, realistas y sensatos que recuerde haber leído, y que creo convencido que debiera ser de obligada lectura en las aulas escolares.
ResponderEliminarEsa conexión con el yo interior de la tierra, de la naturaleza, de los animales, ese sentir como únicamente somos uno de los hilos del tejido, esas palabras claras en favor del equilibrio y armonía natural, ese respeto por lo que nos rodea.
Cuanta sabiduría encerrada en esos dos posts que has subido María, y cuan poco respeto se demostró y se sigue demostrando desde entonces, cuantos ríos han desaparecido, cuantas especies se han aniquilado, cuantos terrenos hemos masacrado, cuantos bosques deforestado, tanta ceguera inducida.
Me ha encantado volver a sentir en mi interior las palabras del "salvaje" jefe indio, me ha encantado cerrar los ojos y admirar aquellas últimas llanuras, escuchar el galope de las manadas de caballos salvajes, y mientrás, dejaba que el trepitar del fuego y la mirada perdida volaran léjos como el aguila.
Un beso María
Imposible mayor sabiduría.
ResponderEliminarLeo la carta del jefe indio y me satura la emoción. Aquí está la verdadera sabiduría y no en nuestros conocimientos científicos y nuestro dominio de las matemáticas. Hemos perdido los puntos cardinales de nuestra existencia y caminamos a la deriva sin darnos cuenta de que nuestros pasos no se dirigen a otro lugar que hacia la destrucción.
Nosotros con nuestros conocimientos racionales hemos dominado el planeta y hemos acabado con quien se nos ha opuesto. Y ahora me pregunto ¿es que la lógica de las cosas es así? Bien diferente sería el mundo si la raza humana más agresiva, más destructiva no se hubiera impuesto a las demás, pero, ¿podrían ocurrir las cosas de otra manera? Parece que el mundo es de los agresivos, los más competitivos, lo vemos en nuestra vida cotidiana también...
Espléndido post y reflexión, María, acompañado de imágenes de lugares y momentos de luz bellísimos. Afortunadamente aún nos queda un poco de esa armonia de la naturaleza de la que habla el jefe indio.
Bueno, me hace gracia el comentario de Maroca, porque esa carta era parte de los planes de estudios, en Ciencias Naturales, cuando yo estudiaba. Y recuerdo a mi profesora leyéndomela. Hoy, como entonces, sigue siendo un grito en el desierto. Pero a pesar de lo que aparezca ante nuestros ojos cansados, siento que una corriente subterránea se está abriendo paso y pronto todos, no sólo comprenderemos, sino que viviremos plenamente las palabras de ese jefe indio como parte de la sabiduría que forma parte de nuestro día a día. No está tan lejos. Besos maría.
ResponderEliminarNO QUEDA NADA MÁS POR DECIR...
ResponderEliminarEMOCIONES COMPARTIDAS, AHORA Y SIEMPRE!
SALU2S!
MALENA