17 septiembre 2010

in itinere

Del viaje a Normandía me traje el infinito, el espacio abierto, el sol naranja sobre los acantilados de alabastro y su mirada paciente y en paz sobre el horizonte sin fin
Del viaje a Normandía, me traje la huella de la nada, completa de azules y retiradas, siluetas de ondas , desiertos ciclicos de aguas
De Normandía me traje su lagos, sus girasoles, su verdes de lino, sus inmensos trigales,
Vinieron conmigo aromas de mil flores, de respetados espacios, de consideraciones



Traje el recuerdo que vive en mí, la visión de lo recien nacido, la belleza de la pura inocencia: la emoción de obeservar la magia de una niña entregada a su mundo, la caricia del mar sobre lo abrupto, sobre la vieja piedra, cansada, bebiendo en su agua salada

Traje en mi retina los azules metalicos de libelulas felices que se posaban sin miedo sobre el brazo que sabe abrazar y sin miedo a ser abrazado
Traje las noches estrelladas y la bendición de la luz del día recien amanecido
Traje rincones mil de lagos de espejo y frondosos seres árboles
Caracteres, gestos, modos de otras gentes de leguajes diferentes, pero iguales en necesidades.
Traje velas encendidas y luz hecha melodía a traves de las frecuencias de color en vidrios y catedrales
Traje retazos de historia, a pesar de los siglos, de los años, está aún vibrante, y disculpadme, la vivi en aquel momento pero no, no me los traje

Traje mil y un detalles, que supongo el tiempo irá borrando, salvo aquellos que quedaron como impronta en los hilos del alma:
La vivencia en ese silencio infinito en el que te unes con ese todo, y comenzando , de nuevo, a sentir la vibración en mi y yo con ella.
La vivencia de esa atmosfera cuando el amor te acompaña y la crea.


(Mdb-7-10)

En unos días volveré a estar frente al Atlantico bravío cara a cara, y escucharé los susurros que me traiga sobre sus crestas de esas tierras del otro lado, escucharé sus historias de agua, historias de sal, historias de la vida que en él habita.
Cuando vuelva a contemplarlo así cara a cara en esos finisterraes de las cornisa europeas, ante su fuerza, su amplitud, sus ocasos y amaneceres infinitos les transmitiré vuestros nombres, amigos. Estareis presentes y presente él en vosotros, si sentis una sensación que os hace recordar el mar, será el momento, entonces....respirad y disfrutad


In itinere, toda la vida, solo que a veces descubrimos territorios lejanos

http://www.goear.com/listen/5dbf759/unas-love-alan-stivell


Gracias por vuestros tiempo en este recorrido vital
Feliz entrada del equinoccio

Texto e imágenes: María de Blanco